El mercado inmobiliario de obra nueva en España atraviesa un momento de relativa estabilidad, destacando por su resiliencia frente al contexto europeo, donde el acceso a la vivienda se ha visto fuertemente afectado por la inflación, la subida de tipos y la escasez de suelo urbanizable.
Un crecimiento sostenido, pero moderado
Durante el primer semestre de 2025, la obra nueva en España ha mantenido un ritmo sostenido de crecimiento, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. Aunque el volumen de nuevas promociones ha disminuido ligeramente respecto a años anteriores debido al aumento de los costes de construcción, la demanda sigue siendo sólida, impulsada por inversores nacionales e internacionales y por una creciente preferencia por viviendas eficientes energéticamente y con espacios exteriores.
Según datos recientes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la oferta de vivienda de obra nueva creció un 3,8% en el último año, con especial protagonismo en zonas metropolitanas bien comunicadas y con desarrollos urbanísticos en marcha, como Valdebebas en Madrid o el 22@ en Barcelona.
Comparativa con otras capitales europeas
Cuando comparamos la situación con otras grandes ciudades europeas, España presenta ciertas ventajas competitivas. En Berlín o París, por ejemplo, el mercado de obra nueva está prácticamente paralizado por la falta de suelo disponible y las trabas burocráticas. A esto se suma la subida de tipos de interés en la eurozona, que ha encarecido las hipotecas y ha ralentizado la actividad constructora.
En Londres, aunque el sector de lujo sigue activo, la incertidumbre post-Brexit y las políticas fiscales más restrictivas han enfriado el mercado. Mientras tanto, en ciudades como Lisboa o Ámsterdam, el aumento de los precios y la escasa disponibilidad de suelo han generado una fuerte presión sobre los compradores locales, desplazando la demanda hacia el mercado de alquiler.
España: atractiva para inversores y compradores internacionales
España, en cambio, se mantiene como un destino muy atractivo tanto para compradores europeos —especialmente franceses, alemanes y escandinavos— como para inversores institucionales. Las condiciones climáticas, la calidad de vida y unos precios relativamente más accesibles hacen que las promociones de obra nueva tengan un fuerte componente internacional, sobre todo en la costa mediterránea y las islas.
Además, los incentivos a la rehabilitación urbana y la digitalización del sector están empezando a dar resultados positivos en cuanto a agilidad administrativa y sostenibilidad constructiva, factores cada vez más valorados por los compradores.
Tendencias: sostenibilidad y eficiencia energética
Las nuevas promociones en España están marcadas por una clara apuesta por la eficiencia energética, la domótica y la integración con el entorno. Los compradores demandan viviendas con certificaciones energéticas altas, sistemas de climatización sostenibles, zonas comunes ajardinadas y servicios integrados como coworking o gimnasios.
En este sentido, España se sitúa a la vanguardia de Europa en algunos desarrollos que combinan calidad constructiva con criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), un aspecto clave para los inversores institucionales.
En conclusión, el mercado de obra nueva en España, aunque no exento de desafíos —como la escasez de mano de obra cualificada o el encarecimiento de materiales—, mantiene un rumbo firme en 2025. En comparación con otras grandes capitales europeas, ofrece una combinación equilibrada de estabilidad, rentabilidad y calidad de vida, lo que lo convierte en un foco de interés creciente para compradores y desarrolladores.
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