Cuando se trata de diseñar un hogar, elegir el estilo adecuado es clave para crear un ambiente armonioso y acogedor. Entre los estilos más populares, el clásico y el contemporáneo, destacan por sus características opuestas, pero igualmente atractivas. Si estás en proceso de decorar o renovar tu hogar, te contamos las diferencias entre estos dos enfoques para que puedas decidir cuál se adapta mejor a tus gustos y necesidades.
En aProperties te presentamos las principales características de cada uno de estos estilos para que escojas cuál se adapta más a tu hogar ideal.
Estilo Clásico: Elegancia y Tradición
El estilo clásico se caracteriza por su sofisticación, elegancia y atemporalidad. Inspirado en la arquitectura y el mobiliario de épocas pasadas, este diseño se basa en la simetría, la ornamentación y los materiales nobles.
Características principales del estilo clásico:
- Materiales de alta calidad: Maderas nobles, mármol, terciopelo y otros textiles lujosos.
- Colores: Tonos neutros y cálidos como beige, marrón, dorado y crema.
- Mobiliario: Piezas robustas con detalles tallados y acabados ornamentados.
- Accesorios decorativos: Cortinas pesadas, lámparas de araña y obras de arte en marcos dorados.
- Distribución y simetría: Espacios equilibrados con una disposición ordenada y estructurada.
Este estilo es ideal para quienes buscan una atmósfera majestuosa y refinada, evocando la belleza de los palacios europeos y la riqueza de épocas pasadas.
Estilo Contemporáneo: Modernidad y Funcionalidad
Por otro lado, el estilo contemporáneo se caracteriza por su simplicidad, líneas limpias y funcionalidad. A diferencia del clásico, este diseño apuesta por la innovación y la adaptabilidad, reflejando las tendencias actuales en arquitectura y diseño.
Características principales del estilo contemporáneo:
- Materiales modernos: Acero, vidrio, hormigón y maderas con acabados minimalistas.
- Colores: Predominio del blanco, negro y tonos grises, combinados con acentos de color vibrante.
- Mobiliario: Diseño ergonómico con formas simples y sin ornamentación excesiva.
- Accesorios decorativos: Menos elementos decorativos, priorizando la funcionalidad y el arte abstracto.
- Espacios abiertos y luminosos: Uso de grandes ventanales y una distribución fluida que integra las estancias.
Este estilo es perfecto para quienes prefieren un hogar moderno, práctico y adaptable a las nuevas tecnologías y tendencias.




